Este sitio está orientado a la educación y la formación ciudadana. Ubicación: República Argentina, Provincia de Buenos Aires, San Nicolás de los Arroyos.
Desde hace muchos años vengo observando una progresiva degradación en nuestro idioma, es decir, a medida que va pasando el tiempo, es cada vez peor. Primero lo observé, lógicamente, en la escuela secundaria (mi lugar de trabajo) a mediados de la década de 1990. Luego comencé a observarlo en los medios de comunicación entrado en el siglo XXI (me refiero a los medios más importantes que en el pasado han ganado muchos premios internacionales por la buena utilización del idioma, como el Diario La Nación).
Ejemplo de palabras mal utilizadas
En las conversaciones podemos escuchar palabras mal pronunciadas (por ejemplo, en diversas regiones del país es muy común “comerse las eses finales”); pero luego, al leer y corregir trabajos, me encontré con el problema de verlas escritas de igual forma (algo que antes no ocurría). Aquí algunos ejemplos…
Aujero (por agujero).
Haiga (por haya).
Ausilio (por auxilio).
Dormiendo (por durmiendo).
Apreta (por aprieta).
Gendermería (por gendarmería).
Descriminación (por discriminación).
Alverjas (por arvejas).
Arquiler (por alquiler).
Pevio (por predio).
Arlado (por al lado).
Damasca (por damasco).
Arbóndica (por albóndiga).
Esterior (por exterior).
Brasilero (por brasileño).
Fuistes (por fuiste).
Comistes (por comiste).
Vidio (por video).
Desconforme (por disconforme).
Mañonesa (por mayonesa).
Sandia (por sandía).
Veniste (por viniste).
No voy a profundizar pero podemos observar lo siguiente… Esto no corresponde asociarlo a regionalismos. Desconocer que el gentilicio de la gente nacida en Brasil va con “ñ” y no con “r” es una realidad de todo el país y también vecinos. Además, observo que no solo hay problemas con los sustantivos en cuanto a no saber cómo es realmente (como la gendarmería) sino que cada día hay más gente que tiene serias dificultades con los verbos irregulares, los singulares y plurales, las tildes o acentos y ni hablemos de la puntuación que ese ya es un tema para otra nota.
Las muletillas
Las muletillas van cambiando con el tiempo según las modas imperantes. Lo observo desde siempre. Pero en los últimos años, tanto en la gente como en los medios de comunicación las muletillas se han multiplicado en cuanto a la cantidad de gente que las utiliza. Hay noticieros en la televisión y en la radio donde todos sus periodistas las tienen. Ninguno se salva de ellas. Por ejemplo…
Bueno.
¿Eh?
Vite.
¿No?
Nada.
Si se quiere.
Osea (encima mal escrito, porque es “o sea”; los huesos no tienen cabida de esta manera).
Hay veces en que es realmente insufrible escucharlos a tantos periodistas con la muletilla en cada párrafo que pronuncian. Y ni hablar de la gente con la que tenemos alguna interacción.
Expresiones correctas-incorrectas
Vamos a un ejemplo muy común que es incorrecto utilizar…
“Eso no se vale”.
No corresponde ya que sobra el “se”. Lo correcto es “eso no vale”.
Esta expresión es muy común en México, pero desde hace varios años se ha ido extendiendo su uso en la República Argentina. Unos dirán: “Lo copiaron a partir de que en la década de 1980 se popularizó el programa El Chavo del 8”. Pero, ¿saben qué? Nadie (repito, nadie) en este país hablaba diciendo y mucho menos escribiendo “eso no se vale”. Lo comencé a observar en varios de mis alumnos en los últimos 5 o 6 años (en varios, no me refiero a que uno se haya expresado de esta manera alguna que otra vez). ¿Antes no? No, y considero que la gente no lo hacía porque en el pasado había más conocimiento del idioma.
Vamos a un ejemplo que podría ser correcto pero denota degradación idiomática…
“Está bueno”.
Si bien gramaticalmente el castellano lo permite, es una expresión cada vez más difundida en este país decir “está bueno” en vez de “está bien”, “bueno”, “lindo”, “positivo”, “hermoso”, etc.
Por ejemplo, no corresponde expresarse con un “más bueno” porque el significado tiene una palabra específica, “mejor” por más que gramaticalmente no sea incorrecto del todo.
Lo que intento explicar con este ejemplo es que expresarse de esta manera denota una degradación del idioma porque el que se está expresando tiene un limitado conocimiento de las palabras existentes y su utilización para poder expresar sus pareceres e ideas y, más grave aún, no saber la diferencia entre los verbos “ser” y “estar” y entre el uso del adverbio “bien” o el adjetivo “bueno”.
Resulta gracioso (por no decir patético) observar los problemas que se generan en las traducciones con este asunto porque muchos argentinos no se expresan correctamente. He observado en los intercambios en diversos cursos de idiomas en línea que “está bueno” no solo genera malas traducciones sino que en los comentarios de los usuarios argentinos se nota mucho que ni idea tienen del buen uso del castellano.
No pronunciar algunas últimas letras consonantes
Es muy común escuchar a un Ministro de Salud diciendo “…el Ministerio de Salú…”. Sí, en boca del ministro pero también de otras personas sin el cargo. Además de “salud”, palabras como “verdad”, “edad”, etc. Si vamos a ver videos por la Internet realizados por españoles, observarán que es muy común no pronunciar la última consonante (cualquiera, la que sea, como la “t”, “n”, “s”…).
Muy grave
Considero una situación límite el haberme encontrado en estos últimos años con una enorme cantidad de alumnos que no saben escribir correctamente sus nombres y apellidos…
Faltas ortográficas como escribirlos sin mayúscula en la primera letra, sin uso de tildes… ¡Y hasta escribiendo mal! Por ejemplo, no es lo mismo “Fernández” que “fernandes”. O que pongan en los formularios que su nombre es “cucho” (sobrenombre) o “lore” en vez de Lorena. También me encontré con alguna “yoana” que en realidad era “Johana”. Me encontré con alumnos que no sabían cuál era su segundo nombre y, no es broma, varios que ponían que eran "Alejandra" porque el nombre "Cristina" (el real, en su documento) no les gustaba.
Finalizando
En lo personal pienso que esta situación comienza a darse a partir de la crítica situación existente en las escuelas primarias desde la década de 1990. Desde aquellos años se ha ido dejando de lado…
Enseñar gramática.
Enseñar ortografía.
Enseñar tiempos verbales.
Enseñar la diversa clasificación de las palabras.
Enseñar el análisis de oraciones y párrafos.
Los docentes no corrigen la ortografía (en la secundaria son pocos los que hoy lo hacen).
Considerar que se puede aprender jugando, que el docente debe entretener antes que enseñar, que estudiar es aburrido, etc.
Interactuando con gente que se expresa en otros idiomas en diversas publicaciones de la Internet y en sus foros de intercambio me encuentro que este no es un problema de otros idiomas. Es decir, no veo tantas faltas en la escritura de la gente que se expresa en inglés, francés, portugués… En italiano hay un poco más de problemas, pero como en el uso del castellano, jamás vi tanta diferencia. ¿Es difícil de aprender nuestro idioma? Sí, puede ser difícil, pero ello no exculpa el no saberlo. ¿Por qué antes se utilizaba mucho mejor nuestro idioma? ¿Por qué antes era difícil escuchar a un periodista expresarse tan limitadamente como hoy es lo común?
Un párrafo aparte se merece la Real Academia Española: Aceptó “dotor” (por “doctor”). Lamentable.
Y eso que no me meto en las jergas utilizadas por gran cantidad de gente que vive en este país y la van de… “amego, he amego… tené 5 pé pa la birra… etamo con lo gile, bolú… shi, tamo con la nebu juegando al conter trique y no dá, vite…”.
Es muy grave pero nadie le concede importancia al problema: el problema educativo es dramático y tendrá inevitables consecuencias sociales, culturales, económicas y hasta en la seguridad ciudadana. La Argentina que viene es muy complicada pero como es un país sin estadistas, líderes del día-a-día, en general con su fortuna a resguardo, importa sólo el hoy. La educación pública gratuita de avanzada que puso en marcha Domingo F. Sarmiento en el siglo XIX atrasa en los 3 niveles, genera un porcentaje bajo de graduados, quedó relegada sobre la brasileña y la chilena y no puso el pie en el siglo XXI y no prepara a la generación que dirigirá al país en 2050 para afrontar los desafíos en ciencia y tecnología que determinarán el capital humano, al que se subordinarán los recursos naturales. Y lo que es peor, ya no es tan pública, como que la cuarta parte de la matrícula emigró a la privada y el 70% de los graduados provienen de escuelas primarias privadas, o sea, no es para los pobres. Como miembro de la miembro de la Academia Nacional de Educación, Alieto Guadagni lanza el SOS ante la indiferencia que viene mostrando la sociedad frente a la hipoteca incubada: “Estamos frente a un problema mayúsculo que no puede ser resuelto por un ministro, sino por un Presidente que se llame Domingo Faustino y póngale el apellido que quiera”. Ésta es la 1ra. nota de varias que abordarán esta crisis en progreso.
¿Por qué los docentes nunca abordan en profundidad el problema educativo?
El reloj de la educación en Argentina entró en el siglo XXI, el que se define por el capital humano, con un enorme atraso en los 3 niveles: primario, secundario y universitario. No hace falta una comparación con Canadá, Suecia o Finlandia para medirlo, sino que bastaría y sobraría hacerla respecto de Brasil, Chile, Colombia o México.
Como director del Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano, y miembro de la Academia Nacional de Educación, Alieto Aldo Guadagni acumuló documentos, estadísticas y su propia experiencia para predicar a los 4 vientos que la problemática se resume en 3 puntos:
No se gradúan en cantidad suficiente;
Las carreras científicas y tecnológicas no tienen casi graduación;
No hay pobres en la universidad, porque la secundaria no es equitativa e inclusiva a cómo debe ser.
Guadagni desarrolló todos los datos en un power point preparado para el IV Encuentro Regional - Centro Latinoamericano de Formación (CELAFOR), en Trenque Lauquen, y desde la Universidad de Belgrano lo vienen difundiendo fraccionado en distintos comunicados de prensa.
Él fundamenta a partir de ese trabajo, 9 propuestas de política educativa:
Año lectivo de 190 días y jornada extendida.
Incentivos para la formación docente y mejoras en la calidad de la educación.
Nuevos criterios de coparticipación federal de impuestos.
Mayor autonomía de gestión escolar.
Examen general de grado secundario y publicidad de los resultados.
Matrícula universitaria orientada al futuro.
En las universidades estatales: becas financiadas con aportes de sus graduados.
Evaluación de calidad de graduados universitarios (ENADE).
Información pública acerca de las perspectivas laborales de las profesiones universitarias.
Con todo el bagaje, Guadagni recaló en el programa televisivo La Mirada, en Canal 26, que conduce Roberto García, para afirmar que más que el atraso educativo le preocupa la indiferencia de la sociedad ante su visible manifestación.
Muy hábilmente, el experimentado periodista lo invita a hacerse la primera pregunta para poder ir directo al grano y Guadagni se la redirige a los padres: “¿Cuál es la evaluación que hacen sobre el colegio al que mandan a sus hijos?”.
Revela: “Éste es uno de los pocos países del mundo en que la ley prohíbe difundir los resultados de la evaluación, cuando en Brasil y Chile salen en los diarios Folha de Sao Paulo o El Mercurio los puntajes de cada colegio primario y secundario”, comienza diciendo.
“En Argentina se hacen en 3er. grado y en 6to. del primario; en 3ro. y el último del secundario. El director de una escuela tiene una clave que le permite acceder al puntaje del colegio. Se supone que si un padre de familia va a verlo para que se lo diga, se lo podría dar. Pero no conozco ningún caso de alguien que lo haya pedido”, se lamenta.
Él remite a un estudio que hizo la Universidad de Munich (Alemania), en el que afirma que para saber adónde estará ubicada una nación en el mundo en 2050, no hace falta preguntarle si tiene minerales, recursos ictícolas, shale gas, sino cuánto saben hoy los adolescentes de 15 años. De esto trata el índice PISA.
Recuerda que, en 1880, la economía argentina era más grande que la coreana y hoy ésta es 5 veces más grande que la nuestra. En Corea del Sur, 60% de los adolescentes jóvenes termina la universidad, en Argentina el 10%. Enfatiza que en este siglo importa el capital humano, que los recursos naturales no interesan. ¿Cuáles tiene Corea? “Nigeria está llena de recursos naturales, y sin embargo a Corea le va mucho mejor”, redondea la idea.
Apela a un reciente estudio del Banco Mundial (Hamilton y Liu) para indicar que “el valor del capital humano equivale a cuatro veces el valor del capital físico”, lo cual “no debería sorprender, ya que hace ya varias décadas que aumenta la escolarización en las naciones que lideran no sólo el crecimiento económico, sino también el abatimiento de la pobreza y el avance tecnológico”.
El desafío que plantea un mundo globalizado en el siglo XXI es que se basa en los cambios científicos y tecnológicos y los países en los que los estudiantes no saben matemáticas para aplicar a las ciencias duras no tienen futuro, sentencia.
Según las pruebas PISA, en China no sabe el 3% de los adolescentes de 15 años, en Japón, el 8%; en Corea el 9%. El promedio mundial es 23%. En Argentina, 2 de cada 3 no saben matemáticas: 66%.
“Lo grave no es el porcentaje, sino que a nadie le interesa. Cuando se publicaron estos resultados de PISA 2013, para planificar las de 2014 el gobierno nacional tendría que haber convocado a un comité de emergencia y ver cuál era la crisis que estábamos viviendo”, señala Guadagni.
Alieto Guadagni, ex financista, ex secretario de Energía, hoy volcado a la Educación.
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Prueba PISA 2012
Porcentaje de alumnos con nivel BAJO y nivel ALTO
País/Ciudad.........Porcentaje de alumnos.......... Porcentaje de alumnos
con nivel “BAJO” con nivel “ALTO”
Al mismo tiempo, apunta que la tasa de graduación universitaria en la Argentina es muy baja y no sólo cuando se la compara con los países desarrollados, sino también respecto de las naciones vecinas.
Los chilenos están graduando en la secundaria el doble que Argentina, donde terminan alrededor de 40 sobre 100 adolescentes. En Chile más de 80. Proporcionalmente a la población, la graduación universitaria en Chile es 60% superior a la Argentina. Y con un énfasis en carreras científicas y tecnológicas. En Chile cada 100 abogados, se gradúan 200 ingenieros. En Argentina 60.
Cada 10.000
habitantes...........442...........365..........366.............268
Eficacia en la.......32,2..........42,4...........62............61
graduación (%)
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De hecho, mientras Chile gradúa 66 universitarios cada 100 ingresantes y Brasil lo hace con casi 44, en nuestro país, nada menos que 2 de cada 3 alumnos no logran obtener su graduación universitaria.
Fuentes: Argentina: Anuarios Estadísticos Universitarios. Brasil: Ministerio de Educación, Censo de Educación Superior. Chile: Servicio de Información de Educación Superior, Consejo Nacional de Educación.
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En adición, la cantidad de graduados también aumentó mucho más significativamente en Brasil y Chile, en un 86% y un 147% respectivamente, durante el período 2003-2014, en comparación con la Argentina, donde lo hizo en sólo un 54%.
Cantidad de graduados cada 10.000 habitantes en Argentina, Brasil y Chile
Población Graduados Graduados cada 10.000 hab.
Argentina 42.874.155 120.631 28
Brasil 205.960.069 1.027.092 50
Chile 17.898.916 86.298 48
Fuentes: Datos demográficos tomados de CEPAL. Datos educativos, ídem anteriores.
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Subraya Guadagni que “los países que avanzan en la educación son los que han logrado orientar a los mejores estudiantes secundarios para que sigan la carrera universitaria docente. Y son 3, muy parecidos: Ecuador, Finlandia y Corea”.
"En México hay una gran reforma educativa. Se aplicó una con un conflicto docente tremendo en un país progresista como Ecuador, que incluyó el examen de ingreso a la universidad en la Constitución. Y asegura la gratuidad de la universidad pública, sujeta a “la excelencia académica de los y las estudiantes”, como dice textualmente. Rafael Correa hizo una reforma espectacular, el puntaje teórico son 1.000 puntos, con 550 se entra para ser abogado, contador o filósofo, pero para ser médico o maestro se necesitan 800 puntos. Se preguntó con sabiduría: ¿quién cuida al hombre?, el médico y el maestro. A los políticos argentinos les es muy difícil acometer un tema que exija un conflicto hoy y un beneficio dentro de 10 o 20 años, de ahí que “no nos hemos asegurado que los mejores talentos de las escuelas secundarias hagan la carrera docente, no es atractiva en el largo plazo”, contrasta.
Detalla: “Tenemos la matrícula universitaria del siglo XIX, no del XXI. Graduamos 120 mil al año, de los cuales ingenieros hidráulicos hay cinco, 14 ingenieros en minas; ingenieros; nucleares, 16; 45 en petróleo y 37 en forestal. Un país que tiene la cuenca del Plata, el río Paraná (significa “padre de las aguas”) que es el segundo del mundo, sólo graduó a 5 ingenieros hidráulicos. En ciencias sociales, 60 mil graduados”.
Los países que están avanzando tienen una enorme proporción que se orienta a las matrículas científicas tecnológicas. Sorprende encontrar en la lista de los que suman más del 30% a Djibouti (46%), Irán (44%), Omán (39%), Malasia (38%). Argentina se ubica en el pelotón de menos de 20%, detrás de Chile y Panamá.
La grieta que importa
Guadagni asiente frente a la pregunta de García en torno de si la diferencia entre la educación pública y la privada es tan grande como la socioeconómica.
“Tenemos dos brechas de desigualdad tremenda entre colegios privados y estatales, lo cual no significa que sean mejores aquellos, sino que el nivel cultural de las familias que los mandan está por encima. Lo que define cómo le va al chico en la escuela es el contexto familiar, cuántos libros hay en la casa”, explica.
Por caso, manifiesta, “una de las desigualdades puede apreciarse en que en el sexto grado de las privadas de Buenos Aires no sabía matemática el 8%, pero de las estatales del conurbano no sabía el 51%”.
La otra que destaca es la que divide a las regiones: está por encima la zona central, que comprende la ciudad de Buenos Aires, el interior de la provincia (no el conurbano), Santa fe, Córdoba y Mendoza, más la Patagonia. Y después hay 2 áreas geográficas cuyo nivel educativo es pésimo en todas las pruebas: NOA y NEA. Por ejemplo en La Rioja 80% de los chicos no sabe matemáticas, y en Catamarca tampoco.
Marca que mientras en 2003 y 2014 se fue de las escuelas estatales el 11% de los chicos, el plantel de docentes aumentó: antes había 1 cada 16 alumnos, y ahora hay 1 cada 12. “Así y todo estamos más abajo que en países, como Chile, donde hay 1 docente cada 20 alumnos. Acá les pagamos mal pero son demasiados en función de la necesidad”, advierte.
Descarta que ese cruce de datos signifique que se haya reflejado un progreso económico en la sociedad, sino que atribuye el éxodo a la expulsión antes que a la atracción.
Subleva a Guadagni el que califica como fenómeno inédito en la historia del país. “Desde la ley 1420 de 1884 hasta 2003 todos los años aumentó la matrícula escolar, estatal primaria, y a partir del 2003 todos los años cae. Hoy en primer grado estatal hay 20% menos de alumnos que en 2003. En provincias como Chaco, Formosa, Misiones se fue el 35/40% de los chicos. Es un fenómeno de éxodo, de abandono de la escuela pública para pasar a la privada”.
Otro hito del desinterés que se fue gestando es que no se haya respetado la ley del 2005 que fijó un mínimo obligatorio 180 días de clases, que de no cumplirse obliga a recuperar los días perdidos. “Hubo provincias que perdieron 20/25 días de clases y no se les ocurrió recuperarlos. En el fondo, les importan tres pepinos el futuro de los pibes. Y como muchos se refugiaron en el traspaso a las escuelas privadas, dejaron el derecho de huelga, sagrado, pero sin las correcciones que defiendan el derecho de los chicos de aprender en las escuelas estatales, que es donde va la mayoría”, subraya.
Y también rememora, en ese sentido, que mientras en los ´90 la mayoría de los que llegaban en la UBA provenían de escuelas estatales, hoy representan sólo el 38% de la matrícula. El resto son privados y extranjeros, muchos de los cuales vienen porque es gratis, porque no tienen que dar examen de ingreso, como en el caso de Colombia y Chile y hay otros que cruzan la frontera porque no aprobaron la PSU (prueba de suficiencia universitaria).
La fotografía actual da que cada 100 alumnos que ingresan a 1er. grado, 75 lo hacen a una escuela estatal y 25 a una privada. Que de estos 100, se graduarán en la universidad apenas 14 (10 de los 25 de la privada y 4 de los 75 de la estatal). Y que el 70 % del total de graduados provienen de escuelas primarias privadas.