Nota del Diario Infobae, 29 de mayo de 2016
Por:
Claudia Peiró cpeiro@infobae.com
"La idea es que aprueben todos; cuanto
menos contenido se les da, mejor", dice Bernardo Gorosito, docente en el
CIC de Dock Sud, Avellaneda, de donde fue expulsado
El plan FinEs (Finalización de Estudios), creación del
kirchnerismo, es un programa que permite a jóvenes a partir de los 18
años completar o incluso realizar la totalidad del secundario con una
modalidad que les facilita el acceso al título.
El plan
representa de por sí un drástico aligeramiento en términos de contenidos
y carga horaria respecto a la educación formal; pero además, como lo
denuncian reiteradamente los propios docentes que lo ejercen, su
implementación es absolutamente irregular: los cursos se dictan en
"sedes", locales que pueden ir desde una unidad básica hasta un bar,
pasando por clubes, centros culturales o casas particulares; sitios
donde el control lo ejercen "referentes", eufemismo que con frecuencia
oculta a un puntero. Y es que el plan FinEs está extremadamente
partidizado; opera como un mecanismo más de clientelismo.
Los
casos de agresiones y aprietes a profesores –para que aprueben a todos
los alumnos, no pasen faltas o incluso para que bajen línea política-
son frecuentes. En esta entrevista, Bernardo Gorosito, profesor de
"Comunicación y Medios" y de "Lengua y Literatura" en el plan FinEs de
Avellaneda, cuenta las condiciones en las que trabajan y el modo en que
lo expulsaron de una de las sedes.
— ¿Qué pasó en la sede del
FinEs en la que usted trabajaba? Aclaremos que se trata de un
secundario para adultos algo sui generis...
— Es un
secundario que más que para adultos es para jóvenes que a partir de los
18 años pueden terminar la escuela secundaria. FinEs es Finalización de
Estudios. La idea en su principio era que la gente pudiese terminar la
escuela secundaria. La particularidad que tiene FinEs es que por ejemplo
personas que pasaron por el último año de polimodal podían pasar
directamente al 3er año.
— Al último.
— Al
último año, con lo cual en un año terminaban el secundario. Tienen 10
materias por año. Para cada materia son 16 clases de 2 horas...
— En 16 clases dan toda una materia.
—
Sí, se puede ampliar en algunos casos a dos clases más. El concepto es
que son dos clases de recuperación para que los alumnos que no pudieron
en las 16 clases completar o alcanzar el promedio de 7 pudiesen aprobar.
La idea es que aprueben.
— La idea es que aprueben todos.
—
Exacto. Cuanto menos contenidos se les pueda dar, mejor. Porque en un
principio ellos no están acostumbrados a recibir contenido, porque en
sus inicios, al ser un plan de gobierno, tenía intención de entregar
títulos. Cuatro o cinco años después, se sigue con esta idea. Yo suelo
tener muchos inconvenientes en ese aspecto porque doy contenido, me
ajusto a la reglamentación. Los alumnos no pueden alcanzar ese contenido
porque no tienen las competencias para hacerlo. O sea, no pueden por
ejemplo definir cuál es el tema principal en un texto de 10 líneas. Un
título de una noticia en un diario te lo pueden entender, pero no la
bajada. Otros, por ejemplo, no escriben el nombre de la calle en la que
viven de la forma correcta. Una alumna que vivía en la calle Manuel
Estévez, escribió Manuel Estebes, con be larga y ese cuando es con ve
corta y zeta. Ni siquiera pudo dar cuenta del nombre de la calle en la
que vive...
— Que lo habrá visto escrito en algún lado.
—
Sí, hasta en su documento. O sea, es una cuestión grave. Con lo cual,
cuando aparece un profesor que viene con contenido y desaprueba, es
perseguido.
— Hay una presión sobre el docente para que no enseñe. Y que tampoco evalúe.
—
Bueno, el tema de la evaluación es un tema tremendo, porque no quieren
ser evaluados. Esta semana, sin ir más lejos, me retiraron de tres
comisiones porque los alumnos se quejaron. Ellos dicen "el profesor nos
maltrata". O: "Nos descalifica por estar dentro del plan FinEs". Es un
modo de presión que se arma con determinadas inspectoras y con gente de
Desarrollo Social. Desarrollo Social tiene una presencia fuerte en
Avellaneda porque es un distrito kirchnerista.
— Claro, porque es un plan en el que tiene más injerencia Desarrollo Social que las autoridades educativas.
— Exactamente.
— Es decir que se maneja como un plan social más.
—
Sí, de hecho mi caso surge porque yo iba a tomar examen y los alumnos
consideraban que no iban a aprobar conmigo por el tipo de contenido que
yo les estaba dando. Me llamaron de esta sede, FinEs funciona en sedes,
no en escuelas, y me dijeron "No venga". Pregunté por qué, y la
respuesta fue: "el director del lugar no quiere que usted esté acá".
— ¿Qué era esa sede? Porque las sedes FinEs pueden ser unidades básicas, centros culturales, clubes, cualquier lugar.
— Cualquier lugar.
— ¿Esta sede en particular dónde está?
—
Esta sede está en Dock Sud. Es un lugar sumamente político, lo llaman
CIC, Centro de Integración Comunitaria. Yo fui de todos modos a la sede y
ellos me hicieron un acta. La chica que hizo el acta fue alumna mía,
aunque conmigo no aprobó; de hecho la tuve que ayudar a redactar el
acta. Hablé con la inspectora. Pero en estos casos el ojo está puesto en
el docente. "¿Usted implementó las estrategias pedagógicas necesarias?"
Y sí, frente a estos casos de alumnos a los que les cuesta poder
rescatar un tema principal en 10 líneas, el docente con experiencia sabe
que va a ser más complicado, con lo cual va ajustando sus formas.
"¿Pero, está seguro?", preguntan. "Y, sí".
— Ahora, todo
tiene un límite también. Se puede adecuar el nivel, pero hasta un punto
porque finalmente es gente que aspira a un título secundario.
—
Sí, los alumnos van a buscar un título. Van a buscar un papel. No les
interesa aprender en la gran mayoría de los casos, no digo en todos, de
hecho hay casos de gente que va realmente a aprender. Y aprenden. En
esas 16 clases, leen las propuestas que uno les das y empiezan a ver
avances y dicen: "Profesor, yo hace 2 meses no podía leer así. En cambio
hoy sí puedo".
— ¿Qué pasó finalmente en el CIC?
—
Al CIC de Dock Sud, yo iba tres días a la semana, lunes, martes y
miércoles; lo que conté primero pasó el lunes, el martes vuelvo y viene
la inspectora. De hecho yo llegué antes que ella, entro al lugar y la
referente me dice: "Te dijimos que no tenías que estar acá, que el
director dijo que no tenías que dar clases".
— Aclaremos que la "referente" no es una autoridad educativa.
— No.
— Es una especie de puntera.
— Sí, sí, funcionan así, funcionan como punteros políticos. Y reclutan gente, de hecho...
— Reclutan gente a través de un plan educativo.
—
Van a bajar línea. El profesor no puede decir nada, ellos en cambio sí.
Te pueden poner carteles del kirchnerismo por todas partes, repartir
volantes, incluso dentro del aula; de hecho, hace unas semanas, cuando
la ex Presidenta tuvo que ir a Comodoro Py, bajaron la llave de la luz y
a los tres profesores que estábamos dando clases en el lugar nos
dijeron: "Profesor, tenemos que irnos porque se cortó la luz". Y al
costado de la sede estaban los camiones esperando para subir y llevar a
la gente a Comodoro Py para hacer la vigilia.
— Volvamos al CIC.
—
El martes, después de decirme que yo no era aceptado en el lugar, la
referente me agarra del brazo y me acompaña a la puerta: "Si querés la
seguimos, ¿eh?"
— ¿Dijo eso?
— Me dijo eso. Eso
es una amenaza. Cuando se lo comento a la inspectora, ésta me dice: "Es
una interpretación suya". "No, es una amenaza", le digo. Y su comentario
fue: "Bueno, profesor, si usted quiere lo agregamos al acta". Esas son
prácticas... Yo tenía un "antecedente" porque no quise aceptar a una
alumna que entró en la clase número 5, o sea, que ya había, para decirlo
de una manera coloquial, gastado sus faltas. Pero ellos me dicen: "No,
el alumno tiene derecho a estudiar". "Pero si la normativa dice que ya
quedó libre", repliqué yo. "Es su derecho", repiten.
— O sea, la normativa del FinEs dice que por materia pueden tener 4 faltas, ¿no? Cuatro faltas sobre dieciséis clases.
— Así es.
— Pero en la práctica no se cumple.
— No.
— Tiene derecho a estar y punto.
—
Ellos no dan cuenta de que hay derechos y obligaciones, y que por más
que haya un derecho también hay límites. Ellos pasan por arriba de esa
normativa, pero a cuando a ellos les conviene la normativa sí existe, si
no, no.
— En concreto, ¿cuál es ahora su situación?, ¿una especie de suspensión?
— En estas tres comisiones sí. En el resto de mis comisiones yo sigo trabajando normalmente.
— Pero no en la misma sede...
—
No, porque no puedo entrar al lugar. En las otras sedes sí. Que como
decía, son clubes, son bares... de hecho hay una sede que funciona en un
bar.
— En casas particulares también.
— En
casas particulares. En las sedes te puede pasar cualquier cosa. Como a
Andrés Trigo, que le pegaron, le puede pasar a cualquier otro profesor
si el alumno no está de acuerdo con la forma en la que se lo va a
calificar. O sea, eso siempre va a depender de la mirada y de la
percepción del alumno.
— Recordemos que se trata de adultos.
— Sí, y no es el adulto que quizás asume que va a ir a estudiar, es un adulto que va a buscar una acreditación.
— Los alumnos del plan FinEs reciben además un subsidio por lo general...
—
Muchos reciben el plan Progresar. Otros están en un programa que se
llama Argentina Trabaja que por ley los obliga a tener el secundario. De
modo que hay cierta relación.
— Estos títulos otorgados de esta forma tan sui generis son equivalentes al de cualquier otro colegio secundario.
— Exactamente. Un alumno del Colegio Nacional Buenos Aires va a tener exactamente el mismo título que uno que hace el FinEs.
— Que estudia la mitad del tiempo.
— Sí, y somos generosos diciendo la mitad del tiempo.
— Es una injusticia.
—
Es una injusticia, absolutamente. Pero, en el plan FinEs, todos son, y
somos, partícipes. El programa no es malo en sí, está mal implementado.
Hay profesores que, por ejemplo, dan Biología, Lengua, Comunicación y
Medios, Filosofía, Inglés, todo junto, todo la misma persona. ¿Toda esta
variedad de materias la puede dar una sola persona? Y hay profesores
que dicen: "la materia es hablada", por lo cual no hay marco teórico.
Dar la materia no es "me leo un libro, un par de apuntes y ya está".
Para dar una materia hay que estar preparado.
— ¿Quién tiene la última palabra en su caso?
—La jefa distrital, que es nueva, apareció con el nuevo gobierno, pero en la práctica hasta ahora no ha cambiado mucho.
— El FinEs sigue funcionando igual.
—
Está como maquillado, está "como sí"... Pero en la práctica las sedes
siguen siendo las mismas, deplorables, a veces se trabaja con un solo
tubo de luz. Hay sedes en las que el pizarrón está apoyado en una silla y
cuando escribís se viene el pizarrón encima y hay que dejar de usarlo. Y
eso afecta también a los alumnos. Se deben preguntar: ¿en estas
condiciones tengo que venir? Es degradante, es degradante para las dos
partes. Si uno critica esto, la respuesta es: "Pero usted tiene otra
posibilidad, si no le gusta esto, se puede ir". Esa es una respuesta muy
común, incluso entre los mismos profesores, que muchas veces son
militantes. Y estos militantes, si uno tiene otro perfil, empiezan a
generar rumores, hablan con los alumnos, uno va a una clase y una semana
está todo bien y otro día los alumnos están con los cuchillos así,
porque un profesor en la clase anterior los agitó en contra de uno.
Entonces se te van cerrando las posibilidades y vas saliendo, de a poco.
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