Acabo de terminar de leer lo siguiente...
¿El final del Multiculturalismo?, de Daniel Innerarity en el Diario El País (España).
Leída la nota, me quedo con una pregunta que es central...
¿Cómo determinar quién está realmente excluido y por qué?
Muchos politólogos, filósofos, sociólogos y otros cientistas sociales, analizan las realidades con categorías de análisis generales y abarcativas de gran cantidad de seres humanos. Pero al terminar su lectura, pienso que en realidad, y al final de los diversos caminos elegidos para tratar de entendernos, considero que todo depende de lo que cada persona haga.
En la República Argentina gran parte de la población está acostumbrada al "sin esfuerzo", "a vivir el día lo mejor posible haciendo lo que quiero", "muchos derechos, nada de obligaciones ni responsabilidades"... El Estado es como un mago con recursos infinitos para todos que nadie sabe explicar (o no quiere enterarse cómo es la realidad) de dónde salen. "La culpa siempre es de otro" y así caemos en gravísimos problemas de intolerancia hacia los exitosos, pereza para el estudio y el trabajo productivo, ignorancia sobre cómo funciona el mundo... Siempre se inventará a algún culpable a quien echarle culpas de lo que nosotros hacemos mal y no podemos resolver.
Doy un ejemplo. Desde hace ya muchos años prácticamente se regalan los títulos secundarios en la República Argentina. La cantidad de ofertas para lograrlo (del Estado y privadas) con sus casi nulas exigencias no atrajo a miles de jóvenes que en una falsa rebeldía y escudándose en el "tengo problemas" o "no dá". Luego se quejan de no conseguir trabajo porque les piden el título secundario. Y surge el "tengo derecho" y cortan calles, avenidas y rutas; hacen tomas de lotes, casas y terrenos; exigen y extorsionan o establecen relaciones de complicidad con referentes de los partidos políticos gobernantes. Se asfixia al Estado (la sociedad en su conjunto) en sus recursos (que son finitos) y los problemas económico-sociales en vez de resolverse se siguen reproduciendo en el tiempo.
Reconocimiento y redistribución son categorías que abarcan, principalmente, a prácticas sociales actuales (principios del siglo XXI). Pero los mismos deberían adscribirse a las prácticas particulares. Cada uno construye su realidad y si no le gusta el resultado, entonces se hace la víctima y pide resarcimiento.
Una de las diferencias estructurales que hacen que algunas sociedades tengan mejores niveles de vida que otras es que las sociedades exitosas no dan cabida al quitarse de encima las obligaciones y responsabilidades individuales. Las otras, como la República Argentina, tiene a mucha gente con una gran pereza para entender estas cuestiones. Mientras en Dubai ya están iniciando el servicio de taxis con drones, aquí -todavía- estamos en guerra contra Uber. Así vamos.
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