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17 de septiembre de 2017

Necesaria autocrítica de docentes

Audio y texto del editorial expresado en el programa "Se Pudrió Todo", emitido por FM 88.7 de San Nicolás de los Arroyos el 11 de Septiembre de 2017...

En una lista educativa hemos estado intercambiando opiniones acerca de la formación docente. Departiendo acerca de la formación docente y lo mal que estaba el sistema, surgió la siguiente pregunta: "¿O será que hemos caído tan bajo que ni los profesores quieren enseñar ni los alumnos de los profesorados quieren aprender?"

Lo que vemos es que tanto alumnos como docentes están esperando el próximo feriado. A ver si el que cae sábado es corrido para el lunes. A ver... "¡hoy llueve, qué suerte, no viene nadie (o vienen pocos)!" Si bien esto no es de un 100 %, lamentablemente es la gran mayoría.

Pensemos por un instante en que si tanto docentes como alumnos están viendo qué días ¡por fin! no tendremos que ir a la escuela, entonces, es como que ir a la escuela es una carga, una molestia. Alumnos y docentes no se encuentran a gusto y así vamos mal.

Los docentes también somos víctimas de la crisis de valores, nos pega muy fuerte y desestabiliza todas las estructuras. Quizá como mecanismo de defensa muchos dan vuelta la cara y miran para otro lado y, poco a poco, este sistema nos va "embruteciendo". Si tenemos menos exigencias, bajamos la guardia y así el nivel en el desarrollo de los contenidos. A todos nos pasa en mayor o menor medida. Esta crisis también hace que los docentes compremos menos libros y que tengamos menos tiempo para leerlos-estudiarlos. La cultura general de una persona comienza a caer y este proceso que ya lleva varios años, hoy se muestra terminal. Entonces, cuando aparece alguno diciendo "algunas verdades" o comentando o corrigiendo conceptualizaciones es atacado sin piedad. Pero no siempre es así. También tenemos que decir que algunas personas están trabajando muy duro.

La forma de revertir esta situación no es fácil ni única. La tarea es ardua, pero si bajamos los brazos entonces no nos quejemos de la realidad. Debemos apoyarnos y ayudarnos entre todos, con espíritu crítico y la mente bien abierta.

Pero cuidado, porque de nada vale romperse el lomo todos los días y luego terminamos apoyando a los dirigentes de siempre y no realizamos acciones para dar vuelta la tortilla.

Hasta aquí he leído un texto que escribí en septiembre del año 2002. Sí, hace 15 años. Septiembre del año 2002. Estamos en el 2017. ¿Y qué cambió? En el fondo, en lo que sucede en el sistema educativo en general, nada.
Por aquellos días muchos docentes ya veníamos advirtiendo sobre una situación muy mala y que, encima, estaba empeorando.

En los siguientes años comenzaron las evaluaciones al sistema. A alumnos, principalmente para ver qué nivel de conocimientos tenían. Evaluaciones realizadas por el Estado argentino y otras realizadas por organismos nacionales independientes y también los internacionales. Sus resultados fueron lapidarios y dieron la razón a los docentes que lo veníamos advirtiendo desde hacía ya muchos años.
Hoy la situación es patética. Desde el 2009 comenzaron a aparecer con gran virulencia los llamados “docentes militantes” que priorizan el discurso político del partido al que adhieren antes que la verdad y la realidad. Gente que utilizó las escuelas como lugar de reclutamiento de militantes jóvenes. Escuelas utilizadas para actos partidarios por todo el país. Algo que no se veía desde hacía mucho tiempo atrás… Las sombras de un pasado tenebroso volvían con toda su oscuridad.

Lo más patético es que nadie se hace responsable de lo que hizo y aportó con sus decisiones a la destrucción del sistema educativo. Por ejemplo, ¿dónde están ahora esas directoras de escuelas primarias que por 100 $ más de sueldo aceptaron incorporar a su nivel a los primeros y segundos años del secundario? ¿Qué pasa con aquellos docentes que decían “si el chico puede llevarle el balde con mezcla a su padre, ya está socializado y hay que aprobarle todo"? ¿Y esos docentes que aprobaban a todo el curso para tener libre las 2 primeras semanas de diciembre en que era el período de compensación?

¿Y toda la caterva de “pedagogos de escritorio” que se la pasaron difundiendo planteos irracionales que nada tenían que ver con la realidad, dónde están hoy? Porque desaparecieron hace rato… No se los ve por ningún lado dando cátedra levantando el dedito. Y todos esos que dicen que eran docentes y tomaban sus postulados como palabra sagrada, ¿todavía no hicieron la autocrítica?

Porque, y pongámonos de acuerdo en algo, si hubo miles de docentes que en medio de las transformaciones iniciadas en 1993 con la Ley Federal de Educación decían “no sé dónde estoy parada” … Querida, deberías haberte dedicado a otra cosa si tus conocimientos y convicciones sobre qué significa y qué es educar no fueron lo suficientemente fuertes.

Muchos docentes han buscado un gurú que les muestre el camino. Que con palabrerío lindo y florido y con palabritas inventadas para parecerse a grandes catedráticos, mostraban un camino que llevaba al precipicio. ¿Los docentes que los escuchaban y leían, no vieron el precipicio? ¿O no les importó? Y encima, muchos otros al gurú lo encontraron en la política y se convirtieron en “docentes militantes” a los que no les importa la verdad sino utilizar las aulas para contar mentiras y captar voluntades. ¡Basta!

Sí, es necesario que muchos hagan una autocrítica y, aunque ya sea tarde, comiencen a ser docentes en serio.

Nota inicial publicada en…
http://www.fmmeducacion.com.ar/Editoriales/0044sep02.htm

2 comentarios:

  1. ¡Excelente reflexión! Estoy completamente de acuerdo...¡Cuánto hemos perdido en: responsabilidad, entrega, autocrítica y valores. Muchas gracias, saludos desde Río Negro.

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    1. Griselda, mil gracias por tu comentario. Responsabilidad, entrega, autocrítica y valores que hemos ido perdiendo, así es. Mil gracias a usted.

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