Es injusto criticar a la docente participante difundiendo burlas y hasta escraches virtuales; también la prensa nacional comentó este caso con la fotografía de esta persona. Y es injusto porque no es el único caso; casi todos los días tenemos difusión de noticias y comentarios acerca de docentes que no saben determinados temas (algunos son muy básicos, como cuentas de matemática simples o faltas de ortografía más que infantiles, correcciones mal realizadas, etc.); también se difunden acerca de malos tratos o malas actuaciones en clase, el no saber resolver situaciones o el manejar grupos.
¿Están mal formados nuestros docentes? La respuesta no es tan simple. Hay docentes muy buenos, otros buenos, también regulares y malos. Este es un tema que hace ya muchos años varios docentes venimos llamando la atención por diversos medios y a nadie parece importarle dentro de los organismos de toma de decisión; tampoco a muchos docentes.
Por ello, contaré algunos de los problemas que varios docentes hemos venido avisando desde hace ya muchísimos años atrás respecto de este tema.
Un poco de Historia
El sistema educativo viene degradándose desde hace muchos años. Algunos dirán desde “la noche de los bastones largos” (1966), otros tomarán el desquicio universitario ocurrido luego de las elecciones presidenciales de 1973 o directamente apuntarán a la última dictadura militar. Nada de esto justifica que en pleno siglo XXI estemos en una situación muy preocupante en cuestiones educativas porque si los procesos iniciados en aquellos años citados han provocado gravísimas consecuencias en el mediano plazo, también hay que saber que poco bueno se ha hecho desde 1983 en adelante; casi todo lo que se hizo contribuyó a empeorar el sistema educativo.
El gobierno de Alfonsín organizó y llevó adelante el “II Congreso Pedagógico Nacional”, pero luego de 1987 (cuando se terminó y se publicaron sus conclusiones y recomendaciones para tomar medidas en el ámbito educativo) lo cajoneó. Sí, dejaron todo bien guardado y nada se implementó de lo acordado.
En 1989 asumió la presidencia Menem y con el Ministro de Educación Antonio Salonia parecía que el asunto cambiaría porque comenzó a tomar medidas con base en las recomendaciones y conclusiones del “II Congreso Pedagógico Nacional”. No obstante, ello duró solo 3 años. Salonia tuvo que renunciar al ver que el gobierno decidió realizar una reforma educativa que nada tenía que ver con lo resuelto en el histórico congreso; así, se sancionaron varias leyes, la madre del desastre fue la Ley Federal de Educación N° 24.195 con sus EGB y Polimodal, entre otras barbaridades. Políticos y docentes adherentes al Partido Justicialista comenzaron a cambiar el sistema educativo vigente por otro ya fracasado en otros lugares del mundo.
Seguidamente llegó al gobierno la Alianza con De la Rúa que prácticamente nada hizo de fondo para revertir el desastre que se estaba produciendo.
Con la crisis del 2001 y años siguientes, los problemas socio-económicos de la población repercutieron negativamente en el sistema educativo. Esto fue potenciado por los 3 gobiernos de los Kirchner con resoluciones y decisiones más cambio en la Ley de Educación Nacional N° 26.206. Todas medidas equivocadas respecto de lo que se tendría que haber hecho si el objetivo era mejorar la educación en la República Argentina.
Los sindicatos, ¿qué defienden?
Los sindicatos docentes hace ya muchos años se han convertido en uno de los mayores culpables de la tragedia educativa argentina. Las razones de esta afirmación son muchas y solo mencionaremos algunos puntos pertinentes al tema abordado en este trabajo…
- Cualquier disconformidad o problema, paro. En los últimos 17 años, contabilizados los paros realizados, se perdió un año completo de clases. Desde el ciclo lectivo del 2016, muchos paros se produjeron con fines extorsivos en lo político y sin ningún tipo de razón que pueda considerarse válida; por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, en el 2019 se llegó a un acuerdo, los sindicatos firmaron la paritaria salarial y a los pocos días realizaron otro paro.
- Los sindicatos apoyaron decisiones implementadas por el poder político solo por su adhesión al partido que gobernaba en un determinado momento. Esto lo podemos observar a modo de ejemplo con la aprobación en la provincia de Buenos Aires de la Resolución N° 5886/03 sobre concursos docentes en los Institutos Superiores de Formación Docente y también los técnicos contradiciendo lo establecido por el Estatuto del Docente.
- Los sindicatos defienden abiertamente a los docentes que cometen delitos e irregularidades como el pedir licencias por enfermedad para irse de viaje.
- Jamás hicieron reclamos en el sentido de exigir que se mejore la calidad de la educación.
- Muchos sindicatos de docentes han hecho política explícita dentro de las escuelas y hasta han apoyado candidaturas para elecciones cuando eso es una ignominia porque no todos los afiliados a un determinado sindicato apoyan a tal partido político; usaron sus recursos económicos para cuestiones partidarias.
¿Qué sucede en las escuelas con los docentes?
El país es enorme, grandísimo, con poca población y regiones enteras donde ninguna actividad humana se ve. Venimos de situaciones en que la formación docente es inexistente en muchos lugares. Hay pueblos en donde matemática es enseñada por el almacenero de la esquina porque es el único adulto que sabe hacer las cuentas; y es muy bueno que eso pase en determinadas circunstancias, sobre todo, si ese almacenero lo ha venido haciendo con dignidad y se ocupó de un faltante en su comunidad. Claro, no es lo deseable, pero nuestro país en el siglo XIX comenzó a formarse de esa manera, “con lo que había”; por ejemplo, un muchacho de 15 años fundando una escuela (Domingo Faustino Sarmiento) en una comunidad porque no había.
Este ejemplo, extremo estando en el siglo XXI, nos sirve para ir tomando dimensión de nuestra realidad. No solo porque hay mucha gente que no ha tenido formación docente que está enseñando o ejerciendo una tarea que debería hacerla un docente, sino para ver que, encima, hay docentes que están mal formados. ¿Mal formados dónde?
Las deficiencias en los docentes en cuanto al bagaje cultural, el saber su área de conocimiento a enseñar, tener valores, actitud de perfeccionarse constantemente, educación general, etc. no solo tienen que ver directamente con temas que se deben aprender en los Institutos formadores de docentes o en las Universidades, también influye lo aprendido en la familia, su historial educativo (jardín, primaria, secundaria) y lo que se vive en la sociedad.
Ya en la década de 1990 (mediados y fines), en las reuniones de institutos formadores de docentes se trataba con preocupación el tema de la poca lectura previa de los ingresantes a las carreras docentes. En varios se intentaron realizar prácticas áulicas y fuera de las aulas para revertir esta situación. Pero todo lo que se iba decidiendo desde los organismos gubernamentales atentaron contra ello… Aumentar el facilismo, el sin esfuerzo, el verso de contener a los alumnos implementando una permisividad inaudita en todas las prácticas supuestamente educativas, las exigencias de tener pocos repetidores, no tomar en cuenta las reiteradas ausencias, tomar exámenes más fáciles, acortar los programas de estudio para el año escolar y también para quienes se llevaban a rendir materias, etc. Un ejemplo patético es que en la campaña de elecciones legislativas del 2017, la candidata a senadora Cristina Fernández expresó, dirigiéndose a la juventud en un multitudinario acto, las siguientes palabras… “Ustedes no necesitan que nadie les dé clase, ustedes pueden dar clase a todos”. Esta aberración inconcebible resume muy bien lo que fue el sistema educativo durante los años de sus presidencias (2007-2015). Ese es un buen resumen del mensaje bajado desde un sector del poder político.
Así llegamos con serios problemas en muchos docentes que, incluso, ni siquiera saben hablar bien (ya ni se espera que sea en forma correcta) nuestro idioma castellano. Los “haiga” son muy comunes y de ahí para adelante, todo lo que se pueda imaginar. Por ello es que muchos docentes aceptan, dentro de la pedagogía permisible, que cada uno hable como quiera y se acepten las palabras cortadas, las frases ininteligibles; han justificado positivamente que en las redes sociales escriban en forma de jeroglífico y últimamente, el llamado “lenguaje inclusivo”. Todo esto dentro de una –digamos– idea de mejorar la inclusión; claro que nada tiene que ver con la inclusión el hacer un mal uso del idioma materno; lo que sucede es que al haber un bajo conocimiento sobre cuestiones tan básicas y no promover el estudio, se acepta cualquier cosa porque así se tapan las propias limitaciones y pasan más desapercibidas. Y hay un caso testigo de la trágica situación de muchos docentes. La nueva directora del Colegio Carlos Pellegrini (en la CABA, dependiente de la UBA) quiere fomentar la utilización del “lenguaje inclusivo” en esa casa de estudios.
Al ver que tenemos serios problemas con nuestro propio lenguaje, todo lo demás se puede comprender mucho mejor. Por ejemplo, que existan “docentes militantes”, que es un oxímoron (figura retórica de pensamiento que consiste en complementar una palabra con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto); no se puede ser docente si en clases se hace política partidaria. El docente debe enseñar la verdad, la ciencia y no realizar propaganda política a favor de un determinado partido político o ideologías políticas específicas.
¿Qué sucede en los Institutos Formadores de Docentes?
Las épocas han ido cambiando. Por ello, la gente también cambia. Lo primero a destacar es lo mismo del final del punto anterior: Los “docentes militantes”. Sí, en las carreras de formación docente, algo inaudito. La gravedad de esta situación tiene que ver con el que haya docentes formando a otros docentes que no saben (o no quieren saber) que no se debe hacer militancia partidaria específica. Un docente en formación debe recibir ciencia y formar el pensamiento libre, no el sectario. Si un docente no sabe esto que es básico no debe estar formando a futuros docentes. Simple y sencillo.
Entonces, al ir pasando los años, los docentes formadores se van jubilando y se producen los llamados a concurso para ocupar las diversas cátedras. En estos concursos (que en la provincia de Buenos Aires contradicen al Estatuto del Docente pero los sindicatos lo apoyaron desde el 2003) se puede observar que lamentablemente muchas veces se producen problemas que tiempo atrás no había. Por ejemplo, denuncias por amistad entre algún jurado y un concursante, denuncias por considerar mal hecha la evaluación, denuncias por puntaje mal dado desde las Juntas de Calificación; pero lo peor de todo, es que hay descalificaciones por fuera del concurso de parte de quienes no ganaron y ellas con altos índices de violencia. Es un tema muy preocupante porque deja al desnudo que la calidad profesional ha bajado sustancialmente en una profesión que, en tiempos ya lejanos, tenía a los docentes con gran reconocimiento social; eso se está perdiendo y se comprende mejor por qué es así.
Uno de los temas que hace muchos años se vienen tratando es que son muy pocos los buenos alumnos del nivel secundario que eligen la carrera docente. Esto significa que aquellos que son conscientes de que tienen que estudiar, esforzarse, que tienen muchos libros leídos en su historial académico y valores aprendidos en la casa, en su mayoría, eligen otras carreras. Por ello es que en las carreras docentes, al menos en la mayoría de los casos, no están cursando los que se pueden considerar muy buenos alumnos. Pero esto, en sí, no sería un gran problema porque en la “formación docente”, justamente, se debe formar al docente y ello trae aparejado trabajar en los puntos antes citados para solucionarlos. Pero no se hace en la mayoría del sistema educativo.
Otras circunstancias y realidades que vienen arrastrándose desde hace no menos de 2 décadas es la cada vez menor utilización que se hace de las bibliotecas por parte de quienes se están formando para ser docentes. Es decir, además de que traen deficiencias serias en cuanto a lecturas previas, tampoco en la formación docente se está leyendo lo suficiente. Y este tema se potencia por un asunto muy preocupante… Desde hace muchísimos años, las bibliotecas de los institutos formadores (sobre todo, del interior del país) carecieron de los mínimos recursos para adquirir material relevante. Es decir, las bibliotecas no eran muy buenas al tener serias restricciones en cuanto a obras necesarias para la carrera docente.
También nos encontramos con situaciones de permisividad en cuanto a las faltas de los alumnos y de los mismos docentes que, incluso, llegan tarde a clases y hasta ¡se van antes de que termine la hora! Sumemos los pedidos de licencias por enfermedad o atención de familiar para irse unos días de vacaciones, el plegarse a cuanta huelga o protesta haya en danza para no dar clases, las ausencias de alumnos que en muchos casos son continuadas y con excusas inadmisibles, el no prestar atención a las clases, el protestar cuando se encuentran con un docente que exige estudio y hasta entrega de trabajos prácticos que son diferidos en el tiempo una y otra vez para “dar oportunidades”.
El plan de estudios de las carreras docentes acordado por el Consejo Federal de Educación son tan malos que parece que los hiciesen así a propósito para que la formación docente sea una burla a la inteligencia. Este tema fue abordado y dado a conocer por los docentes e incluso institutos formadores de docentes que no tuvieron mella ni en las autoridades políticas, ni en las autoridades educativas, ni en sus pares formadores de docentes y mucho menos en la sociedad. Es como si a nadie le importase un asunto de "extrema importancia". Y, encima, muchos institutos tomaron la política interna de acortar los contenidos específicos a enseñar a solo aquellos que figuran en los planes de estudio de las escuelas secundarias; pasando en limpio, significa bajar el nivel para elevar la cantidad de recibidos; otra aberración inconcebible.
Finalizando
Cuando se trata de una sociedad hay que tener en cuenta cómo las personas viven junto a otras para que la vida sea posible y no estemos como en la selva matándonos unos a otros. Sí, el “contrato social” es básico saberlo por parte del docente porque debe enseñarlo.
Es aquí donde hay que llamar la atención sobre una cuestión fundamental. Pocos docentes saben bien cómo es el “contrato social” vigente en este país o en cualquier otro. No conocen la Constitución Nacional ni la enseñan como corresponde en las escuelas secundarias ni en varios Institutos formadores de docentes. De esta manera se abren puertas hacia lo desconocido y hasta se ven delirios difundidos a más no poder por los que deberían ser ciudadanos y que se están preparando para formar a los futuros ciudadanos. La llamada “postverdad” está profundizando un peligroso relativismo en todas las cuestiones que produce un ataque directo hacia la ciencia, su forma de construir conocimiento y, sobre todo, hace desaparecer al “sentido común” que hoy, podríamos decir, es el menos común de los sentidos.
Algunos enlaces de interés
Ley Federal de Educación N° 24.195…
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/17009/texact.htm
Ley de Educación Nacional N° 26.206…
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/ley-de-educ-nac-58ac89392ea4c.pdf
Desde el 2002 al 2019 se perdió un año entero de clases por paros docentes…
https://www.lanacion.com.ar/politica/los-egresados-perdieron-casi-un-ano-de-clases-desde-que-entraron-a-la-escuela-nid2205106
Ustedes no necesitan que nadie les dé clase…
https://www.perfil.com/noticias/politica/en-medio-de-un-acto-cristina-mostro-su-apoyo-a-la-toma-de-escuelas-en-capital.phtml
Directora Carlos Pellegrini lenguaje inclusivo…
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-primera-rectora-al-frente-del-colegio-nid2224393
¿Qué es eso de la postverdad?
https://fmmeducacion.blogspot.com/2017/08/que-es-eso-de-la-postverdad.html
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