Audio y texto del editorial expresado en el programa "Se Pudrió Todo",
emitido por FM 88.7 de San Nicolás de los Arroyos el 25 de agosto de
2017...
¿Qué está pasando con gente que pretende utilizar a los mapuches?
La semana pasada se atacó a gendarmería de Córdoba con bombas molotov.
Anoche, tiraron molotov en el senado de la provincia en la marcha por Santiago Maldonado. Los atacantes se identificaron como anarquistas en contra del Estado. También quemaron 2 autos frente al Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Hoy, viernes 25, en Lomas de Zamora, atacaron otra vez tirando una bomba a un automóvil y, además, encontraron un auto con pedido de secuestro por haber sido robado justo frente al juzgado federal. El juzgado fue evacuado.
Esto se suma al crecimiento de actos delictivos violentos en las provincias de Chubut y Río Negro realizados por algunos inadaptados que dicen ser mapuches.
Son episodios de violencia política inhabituales para la Argentina después de la vuelta a la democracia.
Anarquistas, izquierda extrema, sectores de derechos humanos, kirchneristas, todos haciendo política en forma violenta por la desaparición de Santiago Maldonado que, además, no es mapuche.
Encima, salió con furia el tema de los pueblos originarios. Nosotros, todos, somos originarios de alguna parte.
¿Nosotros mismos podríamos reclamar una parte del territorio de nuestros orígenes, como yo, de Génova, o de Castilla o de San Luis? ¿Me darán bola?
Y los que se dicen ser mapuches con apellido inglés, como Jones Huala... Mh... Todos mezclados entre todos... Hoy, todos mezclados... Justamente, esa mezcla es lo que es América, todos juntos, sin importar de dónde venimos.
Los pueblos originarios no tienen perspectivas de volver real su separación y reparación o devolución de territorios. Estamos todos integrados hace muchísimo tiempo. Es el proceso que se ha dado en todo el mundo.
Lo primordial es el respeto a las diversas culturas, algo que ya de por sí ha sido muy difícil de lograr y que todavía existen personas que no lo aceptan.
La noción de que existe un pueblo originario que quiere expulsar a otra gente y hasta a un Estado, es delirante.
Ahora comenzó en Argentina una violencia que ya hace un tiempo había comenzado antes en Chile, alrededor del 2010, 2011.
Son casi racistas, atentan contra la integración, plantean la desintegración.
Es más, estos personajes que dicen que son mapuches son negados por el propio pueblo mapuche que hace ya bastante tiempo los vienen denunciando por sus actos delictivos, porque incluso, atacaron a grupos mapuches.
Estas nociones totalitarias, hasta racistas, atentan contra la convivencia de diversas culturas, como en toda iberoamérica se ha podido construir.
No veo a ningún cromagnon reclamando un pedazo de Europa.
Mercachifles de la Historia
Encima de todo esto, desde que este tema comenzó a tener mayor relevancia, 2010, 2011, se han publicado algunos trabajos que dicen ser históricos cuando en realidad son construcciones fantasiosas y llenas de inexactitudes, queriendo decir que los mapuches son originarios de Argentina cuando eso no es verdad. Es más, hasta gente que dice ser historiadora ha reproducido semejantes desvaríos mentirosos solo por ser adherentes al kirchnerismo que ahora se entera de la existencia de estos grupos, pero nada dijeron hasta ahora... Si tan identificados se encuentran con los reclamos de estos violentos, ¿por qué entonces no fueron ellos los que cumplieron con sus demandas de devolución de millones de hectáreas reclamadas? Tuvieron 12 años el control del gobierno. Estos mercachifles de la historia son los llamados “militantes” de la historia.
Como ya hemos dicho en otras oportunidades, ser “militante” en una profesión significa tomar decisiones de acuerdo con la militancia y no por el saber específico de la profesión. Por eso, es inconcebible que un juez haga un fallo de acuerdo con su militancia y no por la ley que debe administrar. Igualmente, monstruoso resulta que haya historiadores que recién ahora se hagan eco de estos dislates y mentiras incluso contradiciendo lo que ellos mismos, en años anteriores, enseñaron en las aulas. Y lo peor, es que el fanatismo que tienen los lleva no solo a agredir y enojarse con otras personas que asombradas no pueden creer que un profesional se de vuelta como una media para decir mentiras, sino que hasta tienen el tupé de decirle mentiroso a los otros. Es una situación muy triste que trae consigo una degradación enorme de las relaciones sociales, humanas y de la calidad científica y de comportamiento ético que los profesionales deben tener. ¿Y por que? Porque al partido político al que adhieren le conviene hoy tener esa postura para perjudicar al gobierno de turno, contrario al de ellos.
Y no les importa que todas las evidencias, estudios previos, pruebas, documentación y hasta testimonios de las mismas culturas indias o de pueblos originarios los contradigan.
A muchos de ellos todavía los tenemos en el CONICET escribiendo textos mentirosos para justificar, por medio de una falsa historia, la política del kirchnerismo.
En el afán de querer alinearse políticamente con un relato mentiroso que hoy es usado políticamente solo para crearle problemas al gobierno, se enganchan reproduciendo y difundiendo engaños y embustes que contradicen todo lo que han sabido y enseñado durante toda su vida pasada.
Imaginemos por un momento que se llegue a la siguiente situación: Un macrista entra al hospital de emergencia. Está grave. El médico kirchnerista no lo atiende o le clava un escalpelo en el corazón solo por ser de otro partido político. Sí, una situación muy delirante.
Tristísimo.