Qué es el déficit fiscal
Desde el año 1900 hasta fin del 2017, es decir, desde hace 117 años, hubo 107 años donde tuvimos déficit fiscal. Esto quiere decir que la Argentina tiene un déficit fiscal estructural, es, como se lo conoce en la ciencia económica, un déficit crónico.
En general, los déficits existieron porque los diversos gobiernos que hemos tenido usaron los recursos públicos con fines políticos y dejarle el problema a resolver al gobierno que venía después.
Esto quiere decir, que no gastaban en financiar inversiones productivas, gastaban dinero para su propio beneficio político, es decir, para ganar votos y también por la corrupción.
El peor año de déficit fiscal de nuestra historia fue 1975 donde se llegó al 13,83 %.
La última dictadura militar llegó hasta el 11 %; recordemos que, además de la corrupción, hubo gastos extras por el Mundial de Fútbol de 1978, el conflicto con Chile de fines de ese año que casi nos llevó a una guerra y la guerra de Malvinas de 1982, hicieron que se gastase mucho dinero en armamentos.
Con Alfonsín el déficit se mantuvo alto (entre el 3 y el 6,6 %).
Con Menem se realizó un ajuste muy fuerte en su primer gobierno pero fueron pasando los años con un déficit que volvía a aparecer y a crecer año tras año; y cuando termina sus dos presidencias, estaba en casi 6 %.
Con De la Rúa casi nada se pudo hacer y el déficit llegó a casi el 7 %.
En diciembre del 2001 cae De la Rúa y asume Rodríguez Saá que en 7 días de gobierno anunció varias medidas, entre ellas, declaró el default. En enero del 2002 asume Duhalde y se inicia un tremendo ajuste que elevó la pobreza en un 58 %, los bancos se quedaron con los dólares de los ahorristas y bajó el déficit pasando a tener superávit que se mantuvo con Kirchner pero cada año de su gobierno, ese superávit fue bajando hasta que en su último año, el 2007, volvimos a tener déficit fiscal. Y esto se produjo a pesar de haber tenido los mejores precios de la historia para nuestras exportaciones agrícolas.
Con Cristina Fernández el déficit fue aumentando hasta tocar el 6 % anual.
El gobierno de Mauricio Macri implementó una política de bajar el déficit en forma gradual que mucho no se notó hasta ahora; según las cuentas actuales, estamos en el 4,2 % de déficit fiscal (mayo 2018).
- De todo el dinero que gasta el Estado, el 60 % es gasto social. Desde los planes, las asignaciones, el pago a cooperativas, las jubilaciones, las pensiones, las obras sociales... El 60 % del gasto del país es del rubro social.
- El otro 40 % es para pagar todo lo demás (obras, mantenimiento de edificios, la administración pública, inversiones, etc.).
¿Se puede bajar el gasto social?
Es difícil porque tenemos un 25 % de pobreza, asignaciones pagadas a miles de extranjeros, no se pide contraprestación de trabajo, no hay obligación de buscar trabajo para dejar de cobrar planes, etc.
Si el gobierno, hoy que paga mucho más que el gobierno de Cristina Fernández en planes en su cantidad y el monto de cada uno, tiene problemas porque continuamente los sectores que cobran dichos planes protestan haciendo piquetes, cortes, marchas... Imaginemos qué pasaría si se los sacaran o exigieran una contraprestación de verdad. Cuando anunciaron que el gobierno pedirá como condición ir a la escuela a estudiar o aprender un oficio comenzaron más protestas y más movilizaciones. Si eso, que es algo totalmente razonable, tampoco quieren, se hace difícil razonar con gente que lo único que busca es vivir gratis del Estado sin ocuparse de lo que deben hacer.
El presidente anunció una baja en el gasto político y que se analizará el tema de las jubilaciones de privilegio. Muy poco respecto de la cantidad de dinero del que se trata.
Entonces, con un panorama que no tuviese en cuenta ese 60 %, solo queda el otro 40 %. ¿Dónde bajarán el gasto? ¿Se terminarán las obras públicas? ¿Dejarán de mantener los edificios? ¿Recortarán a la mitad todos los salarios del ámbito público? Imposible.
Lo que están haciendo es bajar los subsidios a las tarifas de electricidad, gas y al transporte, eso es muchísimo dinero, pero hay que tocar más, hay que tocar también en otros rubros.
Ahora, fíjense que con el tema de bajar los subsidios a las tarifas, la oposición está tratando de aprobar un proyecto de ley que es demencial. Ni me quiero imaginar lo que harían si se intentase tocar otros rubros.
Porque, en realidad, cualquier rubro que se toque hace saltar el grito de alguien. Y la oposición sale a defender a ese alguien, sea quien sea, no importa qué sector o rubro sea, porque no se trata de defender a la gente; la oposición busca desestabilizar al gobierno y para eso le crea problemas y operetas todos los días. Su objetivo es que caiga el gobierno y, si no cae, al menos llegar a las elecciones con alguna chance de poder ganar ellos el gobierno en el 2019.
Pero hay, sí o sí, que bajar el déficit fiscal. Y hay gastos que ya se podrían bajar. Por ejemplo...
En 2017 el Congreso gastó más de $20 millones en decoración, videos institucionales, y gastos innecesarios. Y si se miran con lupa los gastos, encontraremos miles de partidas prescindibles en épocas de escasez.
Este mismo gobierno hizo nombramientos en la administración pública que son inadmisibles, como una Directora de Movilidad en Bicicleta con un sueldo de más de 80 mil pesos mensuales.
La toma de personal por parte de este gobierno fue más política que de militantes, que también los hubo; pero ni se acerca al 10 % de lo nombrado por Cristina Fernández que acomodó a miles de personas pertenecientes a diversas líneas políticas del peronismo y también de La Cámpora; incluso para muchos puestos técnicos para los cuales no estaban preparados. Y esto pasó en todas las dependencias del Estado nacional, provincial y municipal.
Acá mismo en San Nicolás tuvimos un director de la ANSES que nada sabía; Colombo podrá ser un buen tipo pero ni siquiera sabía llenar un formulario.
El presidente Macri elevó el número de ministerios a 23 y ahora los va a achicar, ya van a ver las medidas que vienen. Pero tardó 2 años y medio para darse cuenta. Eso es inadmisible.
¿Y qué pasa en las provincias?
Muy pocas comenzaron a cuidar el gasto y lo redujeron. Pero la mayoría siguió tomando más y más gente por cuestiones políticas y no cuidó sus presupuestos para no gastar en cosas que no son esenciales. Por ejemplo, ahora el gobernador Manzur, de Tucumán, le pagará a Federico Bal un millón y medio de pesos para hacer una película.
Y un problema de muchas provincias es el tremendo costo de la política. Por ejemplo, ¿para qué quieren tener en las provincias una cámara de diputados y otra de senadores provinciales? Es un delirio; Buenos Aires es así. Hay otras provincias que hace ya muchos años tienen una sola cámara, pero la mayoría tiene 2. Y ni me meto en los diversos rubros que cobran sus legisladores porque entonces el nivel de indignación pasa a escándalo.
Déficit de las provincias en general, 0,8 % del PBI. Ahora es bajo pero no porque hayan bajado sus gastos y cuiden el dinero. No, al contrario, expandieron sus gastos. ¿Y por qué entonces el déficit de las provincias bajó respecto de lo que había llegado a ser en el 2015? Porque por el Pacto Fiscal firmado a fin del 2017, Macri les comenzó a devolver miles de millones de pesos que los kirchner les habían sacado para ellos hacer caja política. Sí, hablo de la coparticipación federal que en el 2003 era del 34 % y en el 2015 no llegaba al 23 %.
En 1990 había 10 ministerios. En 2018 tenemos 23 ministerios. Más secretarios, subsecretarios y el personal necesario para hacer el trabajo.
Comparamos la cantidad de población y la relación con la cantidad de políticos entre Alemania, España y Argentina (un político cada 62 habitantes).
Más de 21 millones de personas cobran del Estado todos los meses.
¿Cómo financiamos el déficit fiscal crónico?
En nuestra historia se hizo de varias formas diferentes...
- Aumentando impuestos: Así llegamos a que desde hace unos 10 años este país es el que más impuestos cobra en todo el mundo. No se puede aumentar impuestos ni crear otros nuevos para aumentar la recaudación de dinero.
- Deuda interna: Como ejemplos de los últimos años, el menemismo le sacó plata al PAMI y a otros organismos. El kirchnerismo le sacó plata a la ANSES y al Banco Central, entre otros tantos; y también se robó más de 100.000 millones de dólares de las AFJP, eso era dinero privado que se lo apropió. No hay forma de seguir con esa forma de endeudamiento interno, no hay a quién pedirle.
- Deuda externa: Es pedir dinero al exterior para pagar los gastos internos. Se hizo mucho de eso desde la última dictadura militar y la deuda externa subió muchísimo. El actual gobierno inició con esa estrategia pero, ¿hasta cuándo? Porque si el déficit no baja, entonces no se puede seguir pidiendo al exterior por siempre, año tras año. Hoy la deuda externa sigue siendo de las más bajas de la región con relación al PBI, es decir, hoy no es un problema serio. Pero si se sigue varios años más con lo mismo, entonces sí será un gravísimo problema a futuro.
- Emisión monetaria: El kirchnerismo imprimía billetes sin respaldo a lo loco, igual que otros gobiernos anteriores. Hacer eso provoca inflación. No se puede imprimir más de lo que corresponde de acuerdo con las reservas que se tienen.
- Ganancias de empresas públicas: Al Estado le quedan pocas empresas públicas y luego de la entrega que hizo Menem que privatizó todo lo que pudo, menos todavía. Quedan pocas empresas pero son deficitarias desde que el kirchnerismo tomó el gobierno. Hoy Macri intenta realizar reformas y reestructuraciones pero los peronistas y la izquierda no quieren y hacen operetas y movilizaciones, como son los casos del Astillero Río Santiago, el INTI, el INDEC, etc. Se hace muy difícil.
- Venta de activos: Eso significa que el Estado venda edificios y tierras. Pero eso tiene un fin. Cuando no tenga más que vender, ¿qué haremos? No se puede.
- Expropiación de flujo de fondos: Esto que hicieron muchos gobiernos no se puede seguir haciendo porque los inversores se van a otros países. No se puede hacer eso.
Todos los países normales se financian solamente con el cobro de impuestos, y esos impuestos son muchísimo menores a los cobrados en la Argentina. ¿Se entiende ahora el nivel del problema? No solo es bajar el déficit fiscal, el gasto del Estado, también hay que bajar -y mucho- la cantidad de impuestos que se están cobrando.
¿Qué objetivo deberá alcanzar Argentina para tener una economía y una sociedad sana?
Lo que hay que hacer es bajar muchísimo el gasto, dejar de tener déficit fiscal.
Bajar muchísimo la cantidad de impuestos y mucho el porcentaje de los impuestos que finalmente se cobren. Por ejemplo, el IVA no puede ser del 21 %. En países serios el IVA ronda entre el 5 y el 7 %.
No se puede seguir con el tener 8 millones de personas que pagan impuestos y 21 millones de personas que cobran un subsidio del Estado o un sueldo del Estado o una jubilación o lo que sea. Acá hay que hacer un cambio cultural muy fuerte y fomentar el trabajo desterrando la mentalidad de que el Estado nos tiene que mantener.
Crear las condiciones para que haya inversiones productivas de argentinos y de extranjeros. Inversiones en actividades productivas primarias, secundarias, terciarias... Pero sobre todo cuaternarias. Para lograrlo, es necesario hacer reformas estructurales muy profundas y sostenidas en el tiempo, a largo plazo, que sean respetadas por todos los gobiernos que tengamos de acá hacia adelante.
Comprometerse a...
- Bajar el déficit y lograr superávit fiscal.
- Bajar los impuestos y la cantidad de regulaciones existentes.
- Reformar la ley laboral quitando trabas inconcebibles para facilitar el tomar gente.
- Hacer cumplir la ley como corresponde, por ejemplo, no permitir cortes, piquetes y menos, con gente con cara tapada y palos.
- Tener montada una infraestructura de primer nivel en el suministro energético de electricidad y gas, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, rutas, autopistas, tecnología moderna en comunicaciones, educación de calidad, respeto por la ley y las instituciones de la República, bajar sensiblemente la inseguridad, elevar la calidad del sistema judicial, elevar el nivel de los legisladores, reformar el sistema de salud haciéndolo más eficiente, justo y universal, reformar el sistema previsional, etc.